lunes, 20 de diciembre de 2010

El mercado libre es el sistema en el que el precio de los bienes o servicios es acordado por el consentimiento de los vendedores y/o empresarios, mediante la leyes de la oferta y la demanda, siendo luego bajados a los consumidores. El concepto se opone al de mercado regulado, donde el gobierno controla las fuentes de suministros, los precios o la producción. Si en lugar del gobierno son una, dos o varias empresas las que controlan alguna de estas tres cosas se hablará de monopolio, duopolio u oligopolio, respectivamente.
Aunque en la situación de libre mercado el gobierno no fija o regula los precios, en la teoría, la implementación efectiva de libre mercado requiere que entre los participantes de la transacción comercial no haya coerción, ni fraude, de modo que todas las transacciones sean moralmente voluntarias y también que exista información perfecta y otras condiciones que garanticen la competencia perfecta. En la acción este proceso se da al revés, siendo los precios y la calidad de los productos, manipulados según la conveniencia del grupo empresarial.


http://www.aceprensa.com/articulos/1993/nov/17/el-conflicto-entre-eficiencia-y-equidad/
El problema que se genera -el conflicto entre eficiencia y equidad- puede entenderse de dos maneras. La primera, cuando la distribución de la renta resultante pone a algunas personas en condiciones de pobreza o miseria, porque no disponen de recursos (trabajo) que el mercado valora (falta de cualificaciones o actitudes necesarias, marginación, etc.). La segunda tiene lugar cuando la distribución de la renta entre factores (capital y trabajo) o entre personas no parece justa porque las diferencias de rentas son excesivas, o los ingresos de ciertas ocupaciones son (relativa o absolutamente) demasiado bajos, etc.




El problema es cómo llegar a conciliar la eficiencia con la estabilidad. Los países con más alto nivel de ingreso logran con mayor efectividad conciliar este binomio, mientras que los países pobres expresan una abierta exclusión entre las políticas monetarias y fiscales que componen la inducción del crecimiento ante la insuficiencia del ahorro nacional. Es por ello que se les recomienda complementen el ahorro nacional con ahorro extranjero, por lo que se pueda dar el crecimiento autónomo. No obstante, el costo es la pérdida de la autonomía nacional ante la ingerencia de los extranjeros en la vida económica y pública del país.







Son evidentes las limitaciones del mercado para resolver buena parte de las demandas sociales en las democracias occidentales. También es obvio el fracaso de las economías centralmente planificadas para generar tasas sostenidas de crecimiento económico. Ello explica la candente disputa por el centro entre los partidos políticos de las democracias modernas; explica discursos populistas y hasta paternalistas en partidos tradicionalmente ubicados a la derecha del espectro político y responde a la pregunta de por qué los partidos de izquierda empiezan a preocuparse por evitar fugas de capital; sugiere que la reciente visita de Fox a Cuba no es casualidad; que Cárdenas tuvo motivos de sobra para recibir al papa con los brazos abiertos, y explica que todos los precandidatos se pronuncien en contra del "neoliberalismo".


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